lunes, 28 de marzo de 2011

Sueño: se ruega cerrar los ojos

En la noche anterior al entierro de mi padre sueño ver un anuncio impreso ­semejante a los que en las salas de espera de las estaciones recuerdan la prohibición de fumar-, en el que se lee la frase siguiente:
Se ruega cerrar los ojos.
O esta otra:
Se ruega cerrar un ojo.
Esta alternativa la podemos representar así:
los
Se ruega cerrar ojo (s).
un

Cada uno de los dos textos posee un sentido particular y nos lleva, en la interpretación, por caminos que le son peculiares. Para el entierro y los funerales de mi padre había yo elegido el ceremonial más sencillo posible, pues sabía cuáles eran sus ideas sobre este punto. Pero otras personas de mi familia no estaban conformes conmigo y opinaban que tan puritana sencillez había de avergonzarnos ante los concurrentes al duelo. Por esta razón, ruega uno de los textos del sueño «que se cierre un ojo», o sea, según el sentido de esta frase familiar, que seamos indulgentes para con las debilidades de los demás. El significado de la vaguedad que al relatar el sueño describimos con una alternativa resulta aquí fácilmente comprensible. La elaboración onírica no ha conseguido hallar un texto único, pero de doble sentido, para la expresión de las ideas latentes, y de este modo se separan ya en el contenido manifiesto las dos principales series de ideas.
Las alternativas, difícilmente representables, quedan también expresadas, en algunos casos, por la división del sueño en dos partes de igual amplitud.
La conducta del sueño con respecto a la antítesis y la contradicción es altamente singular. De la contradicción prescinde en absoluto, como si para él no existiese el «no», y reúnen en una unidad las antítesis o las representa con ella. Asimismo se toma la libertad de representar un elemento cualquiera por el deseo contrario a él, resultando que, al enfrentarnos con un elemento capaz de ser contrario, no podemos saber nunca, al principio, si se halla contenido positiva o negativamente en las ideas latentes. En uno de los ejemplos últimamente citados, cuyo fragmento preliminar interpretamos («por proceder de tan humilde condición»), desciende la sujeto por unas singulares pasarelas, llevando en la mano una rama florida. Dado que las asociaciones que a esta imagen enlaza la sujeto son la figura del ángel que en las pinturas de la Anunciación aparece ante (la Virgen la sujeto se llama María) con una vara de azucenas en la mano, y el recuerdo de las niñas vestidas de blanco que acompañan a la procesión de Corpus Christi por las calles tapizadas de verdes ramas, habremos de deducir que la florida rama de su sueño constituye, sin duda alguna, una alusión a la inocencia sexual.


3 comentarios:

  1. Creo que en el análisis del sueño no se puede descuidar tampoco el detalle contextual de enorme relevancia:

    las salas de espera de las estaciones recuerdan la prohibición de fumar-

    Particularmente, teniendo en cuenta la trascendental significación que tiene para Freud el hecho de fumar.

    Lo que me arriesgo a sumar a la interpretación de "cierro el/los ojo(s)" como una amonestación contra el deseo, que expresa por un lado, el deseo de irse (estación de tren), de dejar de estar en la sala de espera y la contrapartida, la negación de la posibilidad de procurarse placer.

    En fin, es un pequeño aporte, espero que no lo tomen a mal.

    Saludos.

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  2. No lo había pensado, pero es cierto que puede ponerse tu comentario muy bien en relación a la fobia a los trenes, que dicen que Freud padecía.

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  3. Antes que nada, les agradezco que dejen participar a un aficionado autodidacta como yo. Estuve pensando sobre su sugerencia de pensar en relación a los trenes y me surgió una nueva línea de pensamientos que me gustaría compartirle.

    Es interesante sin dudas pensarlo en relación a la fobia de los trenes que supuestamente Freud padecía. Seguramente lo que obraba en este caso es el significante "destino", significante por cierto extremadamente consistente en Freud, prácticamente desde la cuna.

    Del significante destino (trenes)

    Recordemos que Freud nació con la cabeza cubierta por membrana, lo que se consideraba un signo, en todo el peso específico de la palabra. Desde niño se ocupó sobre su destino con preocupación verdaderamente compulsiva que se cristaliza en su afán de trascender mediante un gran descubrimiento.

    En relación al sueño, podemos pensar que interviene este significante sobredeterminando el complejo "trenes" y también la prohibición de "salirse de las vías" del "destino trazado". Si hemos de ser fieles a la biografía de Freud, sabemos que una de las angustias más grandes de Freud-niño fue el hecho de que su padre le negara el derecho a ser el signado por el destino al decirle "que nunca llegaría a ser nada"

    Del significante Schlomo (Destino).

    Otra cosa que interviene seguramente en este sueño es la otra muerte, la que le provee un destino de ambivalencia entre la superación del padre y la sumisión a él, a poco de nacer Freud, muere el padre de Jakob, y este, a pesar de estar peleado con su padre, le concede un lugar en su cría, brindándole su nombre (Schlomo) como segundo nombre. Así, es probable que “los trenes” articulados por el sueño a “las salas de espera” y a la “prohibición de fumar” sea una articulación entre la superación del padre, la sumisión a este y la renuncia bajo protesta del placer. Sabemos que Freud, durante toda su vida tuvo una posición compulsiva entre “la potencia y la impotencia” respecto a sus quehaceres, la biografía por ejemplo, nos muestra la conflictualidad en exceso, (de la que Freud mismo se acusa frente a su suegra y futura mujer) al momento de trabajar en lo que sería su gran huella transcendental (La interpretación de los sueños).

    Recordemos también que el pecado de Salomón, no es otro que el de priorizar su interés por la procuración de riquezas por encima la ley divina (Pater). Así mismo, el “pecado” de Jakob, en relación a Schlomo, es practicar un corrimiento de la ortodoxia paterna y a los ojos del joven hijo, el pecado del patriarca es no haberse corrido del todo, esto es, no haber adoptado una posición activa respecto de lo prohibido y la ley “divina”.

    Los “ojos” y el “ojo” son dos significantes que se funden puesto que “los ojos” no son cualquier par de ojos sino “los ojos que se cierran” (muerte pero también, bajar la cabeza, pasividad frente a lo superior) y el “ojo” que se cierra, es el destino que no llega a materializarse por haberse quedado a mitad de camino.

    Un gusto.

    Daniel Adrián Leone.

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