domingo, 14 de noviembre de 2010

Poesía y transmisión. A. Killner


Fragmento de una ponencia leída en Rio de Janeiro, 2006, en ocasión del Congreso  de  IPA.

............ Si se escribe desde una filiación, desde Freud casi todos lo hacen, este movimiento está ya dado. La cuestión, es poder seguir aplicando alguna retórica deisdealizadora, algo digo que no aporte “para completar la obra” esa obra ficcionalmente  única que el psicoanálisis es, sino incompletarla de una mejor manera.

He allí el núcleo complejo si se permite el término que se ha bastardeado un poco demasiado. Hay algo que transmitir cuando se habla de psicoanálisis pués parece que siempre es posible decir algo más, un algo más, pero algo más que se convierte en la  sustracción a cualquier certeza. Sabemos que hay inconsciente, lo que no sabemos es si Mr Hyde vendrá hoy. Ni el mismísimo demonio puede prometernos eso. Porque el psicoanálisis no es una cosmovisión, no es religión, ni ideología, ni astrología ni ninguna de esas tranquilizadoras explicaciones de todo y del todo.
No es ninguna minusvalía que así sea, tal vez se trate del mejor de sus blasones. Después de todo cuando haya un mundo feliz, mundo perfecto, perfectamente organizado por la tecnología que nunca falla, podemos seguir augurando un gran futuro para toda la psicopatología de la vida cotidiana.
Lacan inventó un neologismo divertido, y llamó a las publicaciones, poubellications. En francés poubelle es basura, pero no lo dice para desprecio del hecho de publicar, eso creo, sino porque la publicación entre otras cosas hace de algo que como, al principio, el escrito es altamente privado una cosa pública, se hace circular algo, que a veces toma rasgos un poco obscenos. Se arroja algo al público.
En nuestra tarea hay que arrojar qué, yo diría que efectos de transmisión, de eso se intenta en las publicaciones,  en los escritos  pero que ese efecto no está garantizado.
Qué hizo Freud a fin de lograrlo?, varias cosas, porque no ahorró recursos. Recurrió a los relatos que lo precedieron En los grandes relatos de la tragedia, Edipo, después Hamlet, lo singular de su experiencia de autoanálisis encuentra la posibilidad de pasar a un universal conceptualizable y  transmisible.
Como dice Humberto Eco, lo que no se puede decir, es mejor relatarlo. La metáfora que todo relato es dice de lo que no se puede decir, o de lo que no se puede decir de otro modo. Y se escribe siempre de lo que nos excede. El psicoanálisis nos excede siempre. No porque sea una tarea difícil sino porque es imposible. Freud dixit.

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