jueves, 28 de mayo de 2009

Acta del Primer encuentro Curso: “las Formas Contemporáneas de Soportar el Malestar”

El primer encuentro estuvo a cargo de la Dra. Alicia Killner, coordinadora de la Comisión Interior de APA, la Dra. Ana Cello de Pando y la Lic. Mercedes Amado.
La temática fue la pulsión y su condición excesiva y la eficacia de lo Simbólico. La pulsión como uno de los conceptos fundamentales del Psicoanálisis., estatuto que Lacan mismo le da en su Seminario”Los cuatro conceptos Fundamentales del Psicoanálisis”.
La introducción estuvo a cargo de la Dra. Killner quien nos planteó la pregunta ¿Cómo pensar a la pulsión? Es el resultado del proceso de humanización del infans humano. El ser humano está alienado de su cuerpo biológico. El cuerpo pulsional sería la resultante de la diferencia o sustracción entre cuerpo del lenguaje y cuerpo biológico.
El cuerpo adviene a un lugar que es un hecho del discurso. Cuerpo signado, de entrada, por una nominación y una genealogía.
Por su parte, Ana Cello recorrió el texto de Freud: “Tres Ensayos para una teoría sexual” (1905) marcándonos la dificultad de “decir” la pulsión, dificultad que es acorde con la estructura misma de la pulsión ya que es lo que resta de animal en el ser humano. Relacionada con la sexualidad, la que es del orden de lo traumático, en tanto hay algo que no puede ser dicho del todo. Ya Freud en su primera época hablaba de trauma psíquico en la etiología de las Neurosis: una vivencia sexual prematura y traumática. Luego, abandonará esta teoría. “Ya no creo en mis histéricas” aludiendo a la fantasía. Fantasías que recubren la sexualidad infantil (práctica autoerótica). Entonces, el Sujeto se defiende de la pulsión sexual infantil mediante las fantasías de seducción.
En “Tres Ensayos…” Freud analiza la Perversión y la sexualidad infantil tratando de desentrañar el mecanismo neurótico. Señalando ya en el prólogo que no es su intención hacer una teoría sexual; que no es una teoría biológica y sin embargo hay en la pulsión algo lindante con lo biológico. No podemos obviar lo biológico pero hay un cuerpo del Psicoanálisis que es otro. Están anudados.
En el Capítulo 1 (Las aberraciones sexuales) nos marca que el lenguaje popular carece de una palabra para hablar de Pulsión sexual. No hay un término específico sino muchos, pero ninguno específico. Nuevamente…de la pulsión no se puede decir todo. Es más, necesita dos palabras “Agencia” y “representante” para definir a la pulsión porque no hay una palabra que la defina. Es la agencia representante… es la marca de algo. Es la representación en el aparato psíquico de algo que no hay. Hay un intento de inscripción psíquica de algo que no se puede inscribir del todo.
Luego habla de la contingencia del Objeto de la pulsión: la pulsión tiene un objeto pero no es el mismo para todos. No es Universal, he ahí la diferencia con el instinto animal.
Son los hechos de la historia de cada Sujeto los que van soldando un determinado Objeto pulsional. Es decir, se va fijando un objeto en función de la singularidad. Y ese objeto podría haber sido cualquier objeto, no está predeterminado de antemano.
Plantea no hay nada de natural en la homosexualidad, pero tampoco lo hay en la heterosexualidad. Entonces, no hay nada de naturalidad en la sexualidad humana. No hay complementariedad entre el Sujeto y el Objeto. El objeto de la pulsión sexual está perdido de entrada. En relación a las pulsiones parciales y a las zonas erógenas decimos que “Hay tantos modos de relacionarse con el objeto que no podemos hablar de una pulsión única”. Lo único Universal en el ser humano es el ingreso al Mundo Simbólico.
Luego examina las características de la pulsión sexual, que son a su vez las características de la sexualidad infantil:
§ Es autoerótica: si bien siempre es introducida por otro (la palabra de la madre erogeiniza determinada zona del cuerpo, es el Otro materno quien coloca al bebe en el lugar de objeto e introduce sexualidad), termina siendo reflexiva sobre el propio cuerpo.
En Cuanto al hallazgo de un objeto externo, este es posterior a pérdidas previas: de la Necesidad, del Objeto parcial (pecho), del amor de la madre. Es la madre quien erogeiniza, libidiniza, pone al bebe en el lugar de objeto. Para ella el hijo es un sustituto de un objeto sexual de pleno derecho. Pero luego deberá convertirse en un Sujeto deseante. Por lo tanto, podemos plantear que la maternidad esta íntimamente relacionada con la posibilidad de sublima
§ Nace apuntalada en una función orgánica indispensable para la vida. Ej. Nutrición y chupeteo.

Antes de pasar a trabajar “Pulsiones y destinos de pulsión” texto de 1915, la Dra. Killner nos puntualiza que en 1914 Freud publica “Introducción del Narcisismo”, donde retoma la polaridad pulsional Pulsiones de Autoconservación Vs. Pulsiones sexuales, incluyendo en estas últimas las Pulsiones de Objeto y las Pulsiones del yo (libido yoica y libido objetal).
Allí Freud plantea al Narcisismo como secundario a un estado primordial llamado Autoerotismo, relacionado con existencia de pulsiones parciales que, carentes de unidad, se satisfacen independientemente las unas de las otras. Esa unidad, advendrá con la constitución del yo.
Este pasaje del autoerotismo al Narcisismo significa que las pulsiones sexuales vuelven sobre el yo, el yo se toma a sí mismo como objeto de amor, y en virtud de ese acto, se constituye. Por otra parte, este pasaje es condición de posibilidad para la sublimación. Ej. Para poder escribir, pintar, actuar, etc. Uno debe “creérsela”, creer que tiene algo para escribir, etc.
Por su parte, la Lic. Amado se refirió al texto “Pulsiones y destinos de pulsión” señalando que el concepto de pulsión ya estaba presente en la obra de Freud pero con otros nombres. En el “Proyecto de Psicología para neurólogos” aparecía como “estímulo endógeno”. En “Pulsiones y destinos...” Freud utiliza la palabra trieb focalizando en la perentoriedad, ese carácter de empuje que no se detiene, caracterizado como uno de los elementos de la pulsión, para oponerla a instint en tanto lo prefijado.
Freud reconoce en la pulsión un empuje dinámico, una carga energética que lleva al fin (satisfacción) otro de sus elementos, junto con la fuente (relacionada con las zonas erógenas) y el objeto (contingente).
La pulsión en tanto estímulo endógeno o interior para lo psíquico, no admite huida. Como sucede con el estímulo proveniente del exterior. Es una medida de la exigencia de trabajo que plantea al psiquismo
La pulsión sería un concepto fronterizo en tanto representante en lo psíquico de los estímulos interiores.
En cuanto al dualismo pulsional podría pensarse que la diferencia entre las pulsiones de autoconservación y las sexuales radicaría en que en las primeras, el yo es el agente que las comanda y se encarga de su tramitación. Además, tienen un objeto preciso, ya que son necesidades de tipo corporal. En las segundas, no estarían comandadas por ninguna instancia en particular. Otra diferencia a remarcar seria que las pulsiones, en esta segunda tópica del aparato psíquico, tendrían sede en una instancia, el ello, a diferencia de lo planteado anteriormente donde Freud hacia coincidir una satisfacción con una etapa del desarrollo libidinal.
De acuerdo con Lacan no habría Sujeto de la pulsión. Además, estas apuntaladas o apoyadas en las de autoconservación. En general actúan de modo autoerótico. Su objeto se eclipsa con la fuente. Lo traumático de la pulsión es que la pulsión está en cada uno de sus destinos. Estos últimos serían defensas frente a la pulsión.
En los cuatro destinos (vuelta sobre sí mismo, transformación en lo contrario, sublimación y represión) se mantiene el deseo de satisfacerla.
Tanto la transformación en lo contrario como la vuelta sobre sí mismo tienen la marca del Narcisismo. Lacan, en su Seminario 11 plantea que en el voyeurismo y el exhibicionismo se trata de mirar y hacerse mirar, diluyendo así la pasividad que supondría el modo de satisfacción de la pulsión en “ser mirado”, puesto que es esencia misma de ésta el empuje constante. Estos pares de opuestos tiene el rasgo de la pulsion autoerotica. Y esto implica un uso del partenaire al servicio de la Pulsión sexual.
El objeto de la Pulsión para Lacan es el objeto a: el objeto perdido freudiano, resto no decible, no simbolizable, causa del deseo y de la repetición. Por estructura hay algo perdido, algo no representado.
De acuerdo con Lacan pulsión es siempre parcial, por eso la idea de Freud de unificación y síntesis al servicio de la reproducción es bastante ideal. Para Freud, la pulsión está siempre articulada a fantasías.
En “Más allá del principio del placer” Freud mismo es el niño que va y viene con el carretel. Va y viene con la teoría y le cuesta deshacerse del placer.
El análisis mismo consiste en tirar una y otra vez “el carretel”. No obstante esto, nunca hay repetición de lo idéntico. En la repetición hay diferencia.
En el arrojar y volver a traer se va recortando un vacío.
Freud se pregunta: En la repetición de lo no placentero, ¿Qué reeditamos? Reeditamos la imposibilidad de satisfacción de la pulsión.
El fantasma organiza la Pulsión pero no debe ir al acto. Es la posición del Sujeto frente a lo Real.

1 comentario:

  1. Muy buena el acta, refleja los contenidos de la clase, y una buena elaboración de la escucha. Además bien escrita.

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