martes, 12 de abril de 2011

Texto para la clase del 14 de mayo


Sueño “El padre estaba muerto pero no lo sabía”.

Un hombre, que cuidó de su padre durante su larga y cruel enfermedad letal, informa que en los meses que siguieron a su muerte soñó repetidas veces: “El padre estaba de nuevo con vida y hablaba con el como solía. Pero él se sentía en extremo adolorido por el hecho de que el padre estuviese muerto, solo que no sabía”. Ningún otro camino nos lleva a la comprensión de este sueño, que parece absurdo, si no es el de agregar “según el deseo del soñante” o “a causa de su deseo” a las palabras “que el padre estuviese muerto”, y el añadir “que él (el soñante) lo deseaba” a las últimas palabras. El pensamiento onírico reza entonces: era para él un doliente recuerdo el haber tenido que desearle la muerte a su padre (como liberación) cuando aún vivía, y cuán espantoso habría sido que el padre lo sospechase. Se trata, pues, de los autorreproches que siguen a la muerte de un deudo querido, y aquí ese reproche se remonta hasta el significado infantil del deseo de muerte contra el padre.
 Sigmund Freud: Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico. 1911.
ED. Amorrortu. Tomo XII. Página 230.

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